(Si venís en busca de
Cómo conseguir un ejemplar (o más, por mí no os cortéis)
de Lirio de Sangre, mejor remitiros a
esta otra entrada del blog.
Si, por el contrario, habéis venido en busca de chorradas lirienses, seguid para abajo sin remordimientos)
Hola. Por favor, no os lancéis a mi yugular. No es una súplica, sino una advertencia, tengo vampiros, licántropos, sirenas y humanos muy desquiciados que me protegerían; más les vale, la vida les va en ello. Sé que prometí hacer una Rueda de Prensa allá por julio, pero he andado liada, y cuando tenía inspiración he preferido escribir Lirio o alguno de sus múltiples relatos paralelos, o guiones para videojuegos y cómics... Que será por falta de trabajo, oye, aunque luego parece que no hago nada porque las cosas, por el motivo que sean, no salen adelante. En fin, no he venido aquí a daros la murga con mis frustraciones de guionista, sino para obsequiaros con locas y crípticas respuestas de los personajes que he puesto a vuestra disposición.
Peeeeero antes de empezar quiero recordaros las entregas anteriores, por si sois nuevos por aquí, por si queréis refrescar la memoria o por si os parecen tan delirantemente tronchantes que merecen una lectura más (algunas de las partes me quedaron especialmente inspiradas, sí)
(respuestas dadas a nievel de, más o menos, el final del primer tomo de Lirio, Odisea)
Bien, ya nos hemos puesto ya al día (o no y habéis decidido ir a lo loco a por esta Rueda de Prensa, ay, granujillas). Esta vez las preguntas son poquitas y dirigidas prácticamente a Casandra, su escolta, Pablo y, volviendo desde los inicios de Odisea, Apocalipsis (o adelantándose desde Locura, ya que ahí vuelve a aparecer este tipo tan majete). Y esta vez las respuestas serán a nivel de, más o menos, la mitad del segundo tomo, Olvido. De ahí que haya pregunta para Pablo, por ejemplo.
En esta ocasión no montaré el tinglado de entregas anteriores, en parte porque tengo otras cosas que hacer, en parte porque habéis centrado las preguntas en unas pocas personas, así que con ellos bastará. Dispondré unos sillones, una mesita donde poner las bebidas y las tarjetas con las preguntas, todo muy íntimo, y comenzaremos la Rueda de Prensa.
Empecemos por Apocalipsis.
Plop. Un tiarrón de ventitantos años aparece en una de las butacas. Lo primero de todo, sube las botas militares de caña alta a la mesita, haciendo sacudirse y peligrar los vasos de agua y las tazas de café. Dentro de las botas desaparecen las perneras de sus pantalones de cuero, de apariencia cómoda y de los que Apocalipsis se siente orgulloso a juzgar por cómo se despatarra. La mitad superior la lleva cubierta por una camiseta negra de manga corta que exhibe sus musculados brazos e insinúa un pecho de iguales características. Su melena se deparrama por el respaldo de la butaca y el FOBOS mira a cámara con una mueca burlona.
-Te has quedado a gusto, ¿eh? -comenta burlón.
Sólo te describo, será culpa mía que parezcas uno de esos tíos de ese tipo de novelas en cuyas portadas salen hombres despechugados pero a los que, desgraciadamente, han decapitado en la foto.
-Jaja, pues si no es culpa de la Escritora, ya me dirás de quién es -contraataca malicioso.
¿De las amigas a las que ofrezco crear personajes y me llenan Lirio de sus más tórridas fantasías?
Apocalipsis suelta una carcajada potente y se repantiga en la butaca.
-Pues también es verdad. Pero, a ver, ¿para qué coño me has hecho aparecer en esta mariconada de salita con un puto plop?
Esa boca, niño, a ver si te voy a tener que lavártela con lejía. Tienes un par de preguntas que responder de una señorita que tal vez te suene.
-¿Una señorita? -se interesa sentándose algo mejor-. ¿Viene con una foto de ella en...?
No. Tienes la con la pregunta encima de la mesita. Y debajo de tu putas botas.
-Esa boca, niña -se burla echándose para adelante para alcanzar la tarjeta-. Veamos... ¿Cómo te convertiste en FOBOS? ¿Y qué clase de relación tienes con tu hermano desde entonces? Que conste que estas preguntas vienen con un montón de signos de exclamación que paso de usar. Lo firma una tal Lidia -comenta Apocalipsis y mira a cámara-. Lidia, ¿qué te pasa, a qué viene tanto grito? ¿No te follan lo suficiente?
¡Apocalipsis!
-¿Qué? -pregunta desdeñoso.
Que le tengas un respeto a tu creadora.
-Ah, así que de eso me sonaba a mí el nombre. Pues nada, ya sabemos a quien tenéis que darle las gracias de que esté tan bueno -se regodea sentándose con descaro.
Al grano, creído. Responde a las preguntas.
-¿Que cómo me convertí en FOBOS? -murmura echándole un vistazo a la tarjeta para asegurarse de que es aquello-. Verás, mi querida, exaltada y calentorra Lidia...
Apo, por los dioses, deja de darme tanto asco.
El hombre dirige una mirada de fastidio a las alturas por la interrupción.
-Cuando lo que te mola es hacer sangrar a la gente, y no con un arma, sino simplemente -chasquea los dedos-, bueno, pues... -esboza una sonrisa maligna- sólo puedes acabar en dos sitios: en Redención o en FOBOS. Lo bueno de Redención es que puedes acabar tanto dentro de la celda como siendo el que da las hostias en la sala de torturas -explica sin darle importancia-. Lo bueno de FOBOS es que te da el aire y tu jefa no es una zorra cabrona.
Tú General es un cabrón. Antiguo Alcaide de Redención.
-Sí, pero no compares. Mi jefe estará grillado, pero no está ni la mitad de mal de la azotea que esa perra.
Eso también es verdad. ¿Entonces ya has respondido a la pregunta?
-Armé un pijostio de la hostia y llamé la atención de FOBOS antes que de la de la Alcaidesa. Me ofrecieron un trabajo donde podría repartir estopa y hacer sangrar gente, ¡y me pagan por ello! ¿Cómo iba a rechazarlo? -plantea con regocijo.
Planazo. ¿Y la segunda pregunta?
-Que cómo me llevo con mi hermano después de entrar en FOBOS -recuerda releyendo la tarjeta-. Hemos quedado que estamos a nivel de la mitad de Olvido. Yo ahí ni siquiera he vuelto a aparecer.
Mmmmh, cierto. Bueno, pues ya sabes.
Apocalipsis asiente y varía su posición espatarrada.
-El santo de mi hermano es un madero, yo soy FOBOS. Nuestra organización no se lleva bien con nadie, especialmente con los BAMOs, que van de que saben algo y no saben una puta mierda. Pues los maderos saben todavía menos. Así que a Aidan no le veo pelo desde yo qué coño sé. Y mejor así. Total, mancharía su reputación si le vieran conmigo.
Suficiente interactuáis cuando tiene que ir a arreglar las sangrías que armas, ¿no?
-Exacto, que lo considere mi regalo -declara y se rasca la entrepierna sin ningún pudor.
Pues si ya has terminado, pasemos al siguiente.
Plop. En una butaca al otro lado de la mesita aparece un chaval joven, tanto su ropa (botas, pantalones y camisa con las solapas levantadas) como su pelo son negro azabache; su piel es muy pálida, pero no parece enfermo; y sus ojos son de un azul océano imposible. Su primera reacción es mirar alrededor suspicaz, pero termina sentándose con más confianza.
-¿Y este tirillas paliducho? -cuestiona Apocalipsis desdeñoso.
El chaval responde abriendo la boca lo justo para que se le vean los afilados colmillos.
-Ah, un chupasangre. ¿Pues sabes que a mí también me gusta hacer sangrar a la gente? -pregunta el FOBOS, con malas intenciones.
-Sí, algo he oído -contesta aguantándole la mirada con sus antinaturales irises y sus uñas crecen un par de centímetros con asombrosa suavidad.
Eh, haya paz, sanguinarios. Luego os tomáis unos chupitos de Bloody Mary. Pablo, hay una pregunta para ti.
El vampiro se inclina hacia adelante, coge la tarjeta dispuesta ante él y la lee. Un leve alzamiento de ceja nos chiva que lo que ha leído tiene que ser raro de narices.
¿Y bien?
-¿Te han preguntado algo complicado, chupasangre?
-No, qué va. Una tal Zala pregunta: ¿Eres acaso consciente del efecto positivo que tienes sobre las féminas? -lee en alto con toda la naturalidad de la que puede echar mano.
De inmediato, Apocalipsis se carcajea burlón a su costa, ganándose una mirada hastiada de Pablo.
-¿Efecto positivo tú? ¿Eso que quiere decir, que os hacéis trencitas unas a otras? -cuestiona hiriente.
-Te apuesto lo que quieras a que yo tengo más fans que tú -contesta con su acento silbante.
-¿Te crees que porque a las tías ahora les vayan los chupasangres mariquitas vas a triunfar más que yo?
Apo, deja de usar ese lenguaje tan machista y homófobo o te hostio.
-¿Dónde está la libertad de expresión?
En mis puños, ¿quieres encontrarla?
-Joder con la Escritora, está claro que no folla. ¿Necesitas un favorcillo, nena?
No eres para nada mi tipo. Ni física ni mentalmente. Pablo es mucho más mono.
-Jah -se regocija Pablo.
-¿Qué?
-Yo tengo carisma, ¿qué tienes tú, saco de anabolizantes?
-¿Carisma tú, palillo? Que des pena a las tías no significa que ninguna quiera nada contigo.
-¿Pena? Soy el malo de Olvido. Tú no eres más que un incordio secundario, una excusa para poner en apuros a Casandra al principio de Odisea.
-Seré secundario, pero si se acuerdan de mí, será por algo.
-Porque llorar sangre es una buena metáfora de lo que hace la gente al verte -contraataca Pablo con una sonrisa torva que deja a la vista un colmillo.
Apocalipsis se incorpora de repente, liberando su poder como una ola ante él.
¡Eh! ¡Nada de pelearse en la Rueda de Prensa! Que luego lo pringáis todo de sangre y a ver quién lo limpia.
-¿Tú con una pizca de imaginación? -propone Pablo, que da la impresión de ni haberse inmutado por el arranque violento.
Bueno, sí. En realidad no quiero que os peleéis porque a mitad de Olvido todavía no se ha visto gran cosa de lo que puedes hacer, y no quiero adelantar sorpresas.
El vampiro se encoge de hombros, mientras que Apocalipsis se deja caer en la butaca rezumando fastidio.
¿Sabéis qué podemos hacer? Que la gente se pronuncie, féminas o no, a quién de los dos le lanzarían su ropa interior. ¿De acuerdo?
-Yo no quiero los gallumbos de ningún tío, joder.
-Si te descuidas, te caerán más calzoncillos que bragas -le pincha Pablo, consciente de los puntos débiles del FOBOS.
-Seguro que a ti te encantaría -responde maligno.
Pablo se encoge de hombros.
-Ya sabes lo que dicen de los vampiros.
Pablo, por los dioses, no digas esas cosas, que me confundes a los lectores. Aunque es una buena respuesta para confundir al oponente, he de reconocerlo... En fin, ¿Por dónde iba? Ah, sí, la encuesta. Que la gente me comente, en plan encuesta de popularidad, pero chapucera, porque los veo comentando donde les salga de los wichis. Algún día tendremos una página web, algún día... *mira al horizonte*
-¿Y el que gane desangra al otro? -propone Apocalipsis perverso, muy seguro de sí mismo.
Pablo asiente dándolo por válido.
Como queráis. Aunque, Apo, también te aviso de que a la gente puede que le vaya más ver cómo un vampiro muerde a un hombre fornido (porque ya sabes qué dicen de los vampiros), que ver cómo un loco desangra con poderes mágicos a un vampiro. Claro que... a la gente también le va el gore... Qué suspense, ¿cuál será el resultado? (Ahora me pica la curiosidad)
-Me estás calentando la cabeza -gruñe el FOBOS.
Pues vete a tomar el aire. Que, total, voy a ir cerrando el chiringuito ya, que esto se nos ha alargado, como siempre. Y las próximas preguntas no son para vosotros.
Apocalipsis hace un gesto desdeñoso y se pone en pie para salir de plano. El vampiro se toma su tiempo para seguirlo.
Psss, Pablo.
-¿Hm?
Ahora que no está Apo. La respuesta a la pregunta de Zala...
Pablo mira alrededor con aire suspicaz.
-¿Sinceramente? -plantea dejando a un lado la chulería de la que ha tenido que hacer gala para encararse a Apocalipsis-. Hemos quedado en que nada de spoilers más allá de la mitad de Olvido, ¿no?
Cierto. Pues nada. Shogaz nütmen.
-Lao atgor -contesta antes de fundirse con la oscuridad fuera de plano.
Y así llegamos al final de la primera parte de la tercera Rueda de Prensa. En la próxima habrá preguntas para la tropa.
