Primer capítulo: La Universidad Lirio de Sangre y el Reformatorio Redención
Capítulo anterior: Reformatorio Redención IV
A la derecha de Bufo fue a sentarse la chica de larga melena
negra, a juego con sus largos guantes y largas medias. Y frente a ella, a la
izquierda de Riss, la rubia de uniforme masculino, quizás no demasiado lejos
del chaval verde, por lo que se taladraron con la mirada entre sí. Para
terminar, el de la cara quemada tomó asiento a dos metros de la chica empeñada
en fulminar con los ojos a su compañero de piso de piel extraña.
-¿Qué decís vosotras? –tanteó Riss-. ¿Os animáis a apostar?
¿Loi?
-Yo creo que esa chica es especial, si no, no estaría aquí
–respondió la joven con falda.
-Jah, como todos –exclamó Bufo.
-Ya, ¿pero especial en qué sentido? –insistió el tuerto.
-Pues no sé, Riss… Especial, rara, del tipo que puede
pasarse dormida una semana al año.
-Muy aguda. ¿Y tú, Diana?
-A mí me da igual, ya veré cuando despierte –le respondió la
del uniforme masculino con sequedad.
-Mira que eres aburrida. ¿Allis? Éste está a lo suyo
–masculló cuando el cara quemada no reaccionó-. ¿Bufo, sigues diciendo que
debería estar en la A?
-Mmmh, quizás sea verdad que terminará despertando.
-¿Entonces?
-¿Y si la trajeron profundamente dormida para que no se
dieran cuenta de cómo es? Quizás sea una de esas que, no sé, se pase el día
hablando y contándote sus problemas –supuso el chaval de piel verde y pelo
blanco con aire meditabundo.
-Pues yo digo que es una bomba –declaró el tuerto con
rotundidad.
-¿Una bomba? –repitió Bufo y se le escapó una risita-. Tío,
pensaba que estabas de broma.
-Yo nunca bromeo con las bombas –continuó todavía más serio.
-¿Dices que te gustan las bombas? –le siseó el profesor
rubio inclinándose sobre su hombro.
-No, Dieter, digo que creo que la nueva que nos han traído
es una bomba –respondió con una amplia sonrisa tocada por el triple zarpazo-.
¿Qué apuestas tú?
-Apuesto a que la siguiente vez que toque reformarte me lo voy a pasar muy bien. Y
ya verás como gano esa apuesta –añadió también con una amplia sonrisa antes de
separarse con la suavidad de una serpiente venenosa.
-Cabronazo, ya llegará el día en el que yo me lo pase muy bien –gruñó Riss por lo bajo,
mientras las profesoras cuidadoras les servían un deprimente desayuno.
Siguiente capítulo: Reformatorio Redención VI
Que monos son todos *3*
ResponderEliminarMe gusta que interactuen de manera diferente a redención, eso de que se sienten todos en la mesa a comer xD
Mientras no terminen teniendo una pelea con los cuchillos y tenedores...
Todos bollitos XD
EliminarBueno, en algo tendrá que notarse que están en un reformatorio y no en una cárcel, pero en esencia siguen siendo ellos :3
No sé, quizás Diana acabe lanzando alguno XD
Y todo mundo apostando xD
ResponderEliminarA ver que les dan de desayunooo~
De alguna forma tendrán que divertirse, ¿no? XD
EliminarPues no sé, algo como gachas o así. Pueg >.<