Mis estados de emocionales son inconstantes y tienden a lo depresivo, incluso ahora que me empastillo (jaja, suena peor de lo que es). Ello afecta a todo lo que hago, haciendo que me sea imposible llevar una rutina más allá de unas semanas. Eso no es ningún problema para trabajar en Lirio, porque yo misma me administro los distintos aspectos que tengo que atacar. No ocurre lo mismo con las clases y otras cosas como mantener los concursos de Lirio en el DA al día.
Hay día en los que me cuesta horrores encontrarle sentido a lo que hago. Al fin y al cabo, no tengo un trabajo remunerado, el tema de Lirio va trancas y a barrancas, los relatos que subo de gratis tienen en esta época cuatro lectores como mucho y mi ritmo de vida es una cosa insana, y eso que no bebo (alcohol, porque agua y té trago como si no hubiera un mañana) ni fumo ni nah.
Hay días en los que siento la tentación de mandarlo todo a la mierda. Pero como sin Lirio yo me moriría, y eso sin exagerar, pues la tentación acaba siendo dejar de publicar de gratis y de sacar libros en papel también. Y así son mis días malos, oscuros y asquerosos, sintiéndome absurda e inútil.
Y después hay otros días en los que no puedo decir que el mundo sea maravilloso, pero sí que estoy bastante a gusto con lo que hago. Esas horas de la noche, esas horas que son tan tardías que empiezan a ser tempranas, aislada en mi habitación, en un reducto de luz y escribiendo sin cesar... No será el paraíso, pero es lo que me da la vida. Esos momentos en los que mi cuerpo pide descanso desde hace dos horas, que quiere ir a mear y después a dormir, pero mi mente le responde "hoy no". Seguir llenando folios y más folios, que al día siguiente descubro que me he inventado un híbrido entre la escritura de médico y los jeroglíficos.
Me siento viva yo y siento que los personajes que estoy desarrollando también están vivos. Río y lloro con sus locuras, me maldigo por retorcer así sus vidas, me enorgullezco por el pequeño universo que late ante mí... *suspiro soñador* Momentos como esos son los que hacen que me dé igual no haber vendido ningún ejemplar de Odisea esta semana ni que no me lean más que cuatro gatos en el DA. Porque todo eso es irrelevante siempre que
ellos estén vivos. Y mientras
ellos vivan, yo también. Y mientras yo viva,
ellos también. Quizás suene a locura u obsesión, ambas posiblemente, pero es lo que me hace realmente feliz ^^
Luego un día, por sorpresa, me encuentro con un comentario, note, tuit, email o un saludo en skype que da pie a una conversación. Y resulta que alguien ha leído algo y me lo comenta, y le gusta, y pide más. O que han encontrado a quién endosarle otro ejemplar. Y el día se vuelve maravilloso. Aun así, me temo que no puede superar ese instante efímero en el que siento que hago algo grande y bello, ese instante adictivo que me acelera el pulso y la mente, ese instante por el que merece la pena vivir, y por el que merece la pena morir cada noche un poco con semejantes matadas.
Que tengáis un buen día/noche ^^
Nazyurian~
